La llegada del RGPD supone un cambio de paradigma, un antes y un después en la cultura social y empresarial en materia de protección de datos.
Como ya se habrán dado cuenta, el RGPD ya ha llegado y, con su aplicación, esa avalancha de comunicaciones que hemos recibido que nos informan de nuevas políticas de privacidad y solicitudes para que aceptemos de forma inequívoca dichas comunicaciones y tratamiento.
Bien, el punto de inflexión que supone la aplicación de esta norma es evidente, pasamos de un modelo meramente reactivo a un modelo preventivo y de responsabilidad activa: ahora se tiene que prevenir qué riesgos y amenazas se pueden generar con un tratamiento ilícito de los datos, incluso antes de hacer uso de los mismos, y adoptar medidas técnicas y organizativas para que esa actividad de tratamiento garantice los derechos y libertades de las personas.
Supone pues un cambio de paradigma, un antes y un después en la cultura social y empresarial en materia de protección de datos, si entendemos este término como la teoría o conjunto de teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra la base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento.
A partir de hoy, el comercio con los datos personales en la Unión Europea se va a mirar con lupa, y siempre será el titular de los datos el que tendrá el poder de decidir qué uso se hace con sus datos personales, pues ya hemos visto ejemplos recientes como un uso malicioso o inconsentido de los mismos puede incluso influir en los resultados de unas elecciones.
No quiero terminar este artículo sin hacer una recomendación a esas personas que no dan importancia a que empresas manipulen sus datos personales, que suben a la red datos sensibles, imágenes de sus viajes, preferencias en hábitos de consumo, entre otros muchos. Seguro que estas personas cierran la puerta de su casa cuando salen de la misma, pues esto es igual, hay que ser previsor y no dejar esta ‘puerta abierta’ a los que comercian con esta información personal, que para ellos es un activo muy importante, con un valor incalculable. Seguro que recuerdan aquella compra por millones de $ que Facebook hizo por Whatsapp, una compañía que apenas tenía ingresos…