Aprendida la lección magistral del padre, los hermanos Mendoza llevaban años anticipándose a la moda internacional del vino. En el año 2.000 se sentían preparados y totalmente decididos a aupar a la marca ‘Enrique Mendoza’ hacia la vanguardia. Había llegado el momento de dar a conocer, más allá de clientes y mercados habituales, aquella selección de vinos de la que se sentían tan orgullosos. El reto consistía en diseñar una pieza capaz de transmitir la pasión de una familia volcada en la enología y las particularidades de cada uno de los doce vinos que entonces componían la oferta de las bodegas.
Julián Mendoza, responsable de marketing y comunicación de la firma, nos confesó haber invertido mucho tiempo y cautela hasta dar con un servicio de diseño a la altura de sus expectativas, y que más allá de superarlas con creces, nunca un proyecto de comunicación ‘le había salido tan rentable’ como este. Veamos porqué.
Juan Aís concibió el encargo como si se tratase del book de una prestigiosa ‘agencia de actores-estrellas’. Cada vino fue ‘retratado’ con un punto de vista y una iluminación particular –una forma de mostrar cada carácter único e irrepetible–. Al lado de cada imagen impresa con efectos brillo-mate se ubica una especie de ‘ficha técnica’ redactada y compuesta con mimo, donde sobre un papel con textura aterciopelada se puede leer qué hace de cada vino una experiencia única tanto desde un punto de vista técnico (del productor) como sensorial (del consumidor).
El catálogo fue todo éxito: tras la primera asistencia a una feria del sector, Juan Aís recibió varias llamadas de bodegas catalanas interesándose por su posible participación en la imagen de sus productos; de algún modo esta estrategia de imagen inauguró un nuevo estilo de promoción de los vinos españoles que aún hoy se sigue imitando y, aunque pueda resultar sorprendente, el catálogo sigue cumpliendo su función quince años después de su primera edición (un argumento más para quienes opinan que ‘el buen diseño es atemporal’).
En cualquier caso, lo más relevante para FLUENTIS es que esta pieza ayudó a difundir que era tiempo de un liderazgo de segunda generación para ‘Enrique Mendoza’, inaugurando una nueva etapa de premios y reconocimientos para una Pyme española de referencia en su sector.